Bolsa isotérmica: ¿Cómo funciona y para qué se puede utilizar?
Saber qué es la bolsa isotérmica y cómo funciona puede ahorrarte algo de dinero en tu compra diaria. Gracias a este tipo de bolsa podrás mantener los alimentos a la temperatura necesaria, ya que conserva el frío para que no se rompa la cadena de frío del supermercado a casa.
Usos de las bolsas isotérmicas
La también llamada bolsa de congelados es la solución perfecta para conservar los alimentos perecederos en buen estado de una forma económica y sencilla.
Son especialmente útiles para pequeños trayectos de unas dos o tres horas, ya que mantienen los productos frescos y con la temperatura óptima durante el recorrido. Con independencia de que sean comidas, bebidas o productos farmacéuticos, basta con que tengan un tamaño reducido y que necesiten mantener la cadena de frío durante su traslado.
Cómo funciona la bolsa isotérmica
Sabiendo que consigue mantener la temperatura de los productos termosensibles entre los dos y los ocho grados centígrados, lo siguiente es averiguar cómo funciona.
Está realizada a partir de materiales como el polipropileno, el poliuretano o el polietileno, entre otros. En cuanto al mecanismo, es muy sencillo. Se basa en lo que se conoce como distribución capilar refrigerada: en el interior se coloca un triple laminado con aislante de alta densidad con el que se consigue disminuir la transferencia de temperatura cálida de un lado a otro. Cuenta además con un material absorbente que se empapa en el caso de que los productos pudieran desprender algún tipo de líquido, asegurando de esta manera aún más el transporte.
Un punto muy a favor de las bolsas térmicas es que son completamente reutilizables. Aunque con el tiempo pueden llegar a deteriorarse y perder parte de sus facultades aislantes, son el complemento perfecto que no debes olvidar cuando vayas a hacer la compra. Podrás utilizarla múltiples veces, de manera que no solo ahorrarás manteniendo los productos refrigerados más tiempo, sino que además beneficias al medio ambiente -y a tu bolsillo- al no utilizar plásticos en cada compra que realices.
Consejos de uso
Para aprovechar su función, lo recomendable es que la llenes por completo tanto con productos frescos como congelados. Cada uno conservará la temperatura ideal y llegará en perfectas condiciones a casa. Eso sí, no olvides cerrarla adecuadamente y evita que esté expuesta directamente al sol. Previendo esto, hay algunas que están forradas en aluminio para que este refleje la luz y el calor no incida tan bruscamente sobre el interior. En cuanto a los mecanismos de cierre encontrarás diferentes opciones: la tradicional cremallera, un pestillo bajo el asa, el cierre en zip… Cualquiera es válido para realizar la función correctamente.
Aunque todas tienen una finalidad común, lo cierto es que la amplia demanda ha hecho que existan diferentes tipos de bolsas en función del uso que se les va a dar. Por ejemplo, además de las típicas utilizadas durante las compras existen otras como las porta-comida, empleadas para trasladar tu almuerzo al trabajo sin que los alimentos se deterioren. Asimismo, hay unas específicas para los bebés y sus comidas, mucho más delicadas. Por último, los paladares más exigentes han propiciado la creación de bolsas para vinos, perfectas para mantener su temperatura ideal durante un máximo de tres horas.
Las formas son tan variadas como los usos que acabamos de ver. No obstante, las más habituales son las cuadradas o rectangulares de diferentes medidas, aunque hay empresas dedicadas a su fabricación que se adaptan a las exigencias y necesidades del cliente.
Ahora que ya conoces la bolsa isotérmica y cómo funciona, no es de extrañar que los supermercados las añadieran rápidamente como parte de sus servicios. Las ventajas que tiene su utilización y lo revolucionario de su funcionamiento para transportar y evitar la descomposición de los alimentos fríos han hecho de ellas objetos indispensables en toda compra y hogar.